Duelo: Diferencia entre un duelo normal y patológico. Acompañamiento.

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Duelo: Diferencia entre un duelo normal y patológico. Acompañamiento.

Clínica Sagitta
Duelo: Diferencia entre un duelo normal y patológico. Acompañamiento.
El duelo es un proceso emocional natural ante la pérdida de algo o alguien significativo. Aunque el duelo es una experiencia inevitable en la vida, no siempre se manifiesta de la misma manera.

En este artículo, analizaremos la diferencia entre el duelo normal y el duelo patológico, además de ofrecer algunas pautas sobre cómo acompañar a una persona que está atravesando un proceso de duelo.

1. ¿Qué es el duelo?
El duelo es un conjunto de emociones, pensamientos y respuestas que experimenta una persona tras la pérdida de alguien o algo importante en su vida. Aunque el duelo se asocia principalmente con la muerte de un ser querido, también puede desencadenarse por otras pérdidas significativas, como una separación, la pérdida de un trabajo, un cambio de hogar o el fin de una etapa vital.

El duelo no es un proceso lineal ni tiene un tiempo preestablecido. Cada persona lo vive de manera única y a su propio ritmo, dependiendo de factores como la relación con la persona o el objeto perdido, su historia personal, sus recursos emocionales y el apoyo social que reciba.

2. Diferencia entre duelo normal y duelo patológico
Aunque el duelo es un proceso normal, en algunos casos puede complicarse y transformarse en lo que se conoce como "duelo patológico" o "duelo complicado". Aquí te explicamos las diferencias principales:

a. Duelo Normal
El duelo normal es un proceso adaptativo y saludable a la pérdida. Incluye emociones desagradables como tristeza, nostalgia, enojo y confusión y estas son aceptadas (se convive con ellas sin tratar de evitarlas) mientras la persona continúa enfocada en su vida, aceptando en consecuencia la pérdida.

Características del duelo normal:
  • Variabilidad emocional: La persona puede experimentar momentos de tristeza intensa, pero también puede tener periodos de paz o serenidad.
  • Afrontamiento saludable: Con el tiempo, la persona encuentra formas de adaptarse a la vida sin el ser querido o aquello que perdió.
  • Duración variable: El duelo puede durar meses o incluso más de un año, pero con el tiempo las emociones intensas, aunque pueden seguir apareciendo, pasan a un segundo plano mientras que la vida se sitúa en el primero.
  • Funcionalidad preservada: Aunque la persona puede experimentar dificultades temporales para realizar sus actividades cotidianas, con el tiempo retoma su rutina y puede disfrutar de nuevo de actividades.

b. Duelo Patológico o Complicado
El duelo patológico es un proceso de duelo que se prolonga en el tiempo o se intensifica principalmente por no aceptar las emociones desagradables que se experimentan, entre ellas la ausencia/sensación de vacío, impidiendo así que la persona pueda adaptarse y continuar con su vida. Este tipo de duelo puede derivar en trastornos emocionales como depresión, ansiedad o trastorno de estrés postraumático además de un estrechamiento vital (la vida queda reducida, pobre de significado).

Características del duelo patológico:
  • Duración prolongada e intensificación de los síntomas: Las emociones intensas como la tristeza, la ira o la culpa persisten de manera extrema más allá de los seis meses o un año.
  • Incapacidad de aceptar la pérdida: La persona no puede aceptar la realidad de la pérdida, a menudo sintiendo que el ser querido "todavía está presente" o negando que la pérdida ocurrió.
  • Aislamiento social: La persona se aleja de amigos y familiares y evita situaciones que le recuerden a la pérdida.
  • Dificultades funcionales: La persona tiene problemas para volver a sus actividades diarias, mantener su empleo o disfrutar de la vida.
  • Pensamientos obsesivos sobre la pérdida: La persona se siente atrapada en pensamientos persistentes sobre el ser querido o la circunstancia de la pérdida, lo que le impide avanzar.

Indicadores del duelo patológico:
  • Culpa excesiva: Sentimientos de culpa desproporcionados sobre la pérdida, incluso en situaciones donde la persona no tuvo responsabilidad.
  • Incapacidad para hablar de la pérdida: Dificultad para mencionar o recordar al ser querido, como si hablar de la pérdida fuera intolerable.
  • Idealización extrema del fallecido: Mantener una visión irreal de la persona que se fue, sin poder reconocer aspectos humanos o defectos.
  • Rumia y estrechamiento vital: la persona está enredada con su contenido mental (pensamientos emociones que se viven como desagradables) y esto no permite que siga contribuyendo a lo que es importante en su vida.

3. Cómo acompañar a alguien que está atravesando un duelo
Acompañar a una persona que está atravesando un proceso de duelo es un acto de empatía y apoyo emocional. Aunque el dolor de la pérdida es personal, el acompañamiento adecuado puede ser una fuente importante de consuelo. Aquí algunas pautas para brindar apoyo:

a. Escuchar sin juzgar
Uno de los aspectos más importantes al acompañar a alguien en duelo es ofrecer una escucha activa y sin juicios. Permite que la persona exprese sus emociones, incluso si repite sus pensamientos o historias varias veces. Evita frases como "debes ser fuerte" o "ya deberías superarlo", ya que cada persona tiene su propio ritmo para procesar la pérdida.

b. Respetar el silencio
El duelo no siempre se expresa con palabras. Algunas personas pueden necesitar tiempo a solas o encontrar consuelo en el silencio. Es importante no forzar conversaciones sobre el duelo si la persona no está preparada para hablar.

c. Ofrecer apoyo práctico
En momentos de duelo, las tareas cotidianas pueden resultar abrumadoras. Ofrecer ayuda con tareas prácticas como cocinar, hacer la compra o cuidar de los hijos puede ser un gran alivio para la persona en duelo. Este tipo de apoyo práctico es especialmente útil en las primeras etapas del duelo.

d. Ser paciente
El duelo no tiene un cronograma. Es crucial ser paciente y estar disponible a largo plazo, ya que la persona puede tener altibajos emocionales durante meses o incluso años. Evita presionar para que "supere" la pérdida rápidamente.

e. Evitar minimizar la pérdida
Evita hacer comentarios que, aunque bien intencionados, puedan minimizar el dolor de la persona. Frases como "al menos ya no sufre" o "todo pasa por una razón" pueden invalidar los sentimientos de la persona en duelo. En su lugar, es mejor simplemente estar presente y ofrecer tu compañía.

f. Invitar al movimiento, no forzarlo
Si bien es importante que la persona en duelo mantenga cierto nivel de actividad y rutina, no se debe forzar. Proponer actividades suaves, como salir a caminar o tomar un café, puede ser un primer paso para ayudarles a reactivar su vida, pero siempre respetando su ritmo y deseos.

4. Cuándo buscar ayuda profesional
Si notas que la persona en duelo presenta algunos de los signos del duelo patológico mencionados anteriormente (aislamiento severo, incapacidad para funcionar, pensamientos obsesivos sobre la pérdida), puede ser importante sugerir apoyo profesional.

La terapia puede ser un recurso fundamental para ayudar a una persona a procesar su duelo de manera más saludable y a retomar su vida con el tiempo.

Conclusión
El duelo es una experiencia universal, pero cada persona lo vive de manera única. Mientras que el duelo normal tiende a disminuir con el tiempo, el duelo patológico puede atrapar a la persona en un ciclo de sufrimiento prolongado.

Reconocer las señales de un duelo complicado y acompañar a quienes lo atraviesan con paciencia, comprensión y apoyo práctico puede marcar una gran diferencia en su proceso.

Si sientes que el duelo está afectando gravemente tu vida o la de alguien cercano, considera buscar ayuda profesional para guiar ese proceso.


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