Suicidio: Indicadores, señales, y qué hacer
Publicado de Sagitta en Consejos prácticos · Domingo 06 Oct 2024
Tags: suicidio, indicadores, señales, prevención, salud, mental, apoyo, recursos, bienestar, emocional
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Suicidio: Indicadores, señales, y qué hacer
El suicidio es una realidad que, aunque dolorosa y difícil de abordar, forma parte del trabajo cotidiano de los profesionales de la salud mental. Enfrentar este tema es fundamental para poder ofrecer la ayuda adecuada a quienes más lo necesitan.
Este artículo busca proporcionar información sobre las señales de advertencia, los factores de riesgo y las acciones que se pueden tomar para ayudar a alguien que podría estar pensando en el suicidio.
1. El Suicidio: Un problema global y silencioso
El suicidio es una de las principales causas de muerte a nivel mundial, afectando a personas de todas las edades, géneros y contextos. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 700.000 personas mueren por suicidio cada año. Sin embargo, estas cifras solo representan una parte del problema, ya que se estima que por cada suicidio consumado, muchas más personas intentan quitarse la vida sin éxito.
El suicidio no discrimina y puede afectar a cualquier persona, pero es importante recordar que se puede prevenir. Reconocer las señales tempranas de advertencia y actuar de manera oportuna puede marcar la diferencia en la vida de alguien en riesgo.
Mientras que los pensamientos y sensaciones relacionadas con el suicidio pueden ser alarmantes, suelen responder a una situación dolorosa y compleja que la persona está experimentando por lo que no suponen un riesgo per se, aunque por supuesto deben ser atendidos. El problema y riesgo reside en mayor medida en los actos/otras respuestas que son coherentes con estos pensamientos y sensaciones, incluido la planeación y búsqueda de medios.
2. Indicadores de riesgo del suicidio
Existen ciertos factores que pueden aumentan la probabilidad de que una persona considere el suicidio. Estos factores son complejos y a menudo están interrelacionados. Aquí algunos de los más comunes:
a. Factores psicológicos
- Problemas de salud mental: la depresión, la ansiedad, el trastorno bipolar y la esquizofrenia, como los más comunes, que no han sido debidamente tratados con profesionales y, por tanto, cronificados, dan lugar a un estrechamiento vital que puede desembocar en riesgo de pensamientos, sensaciones y otras respuestas de suicidio.
- Desesperanza: Sentir que no hay salida a una situación difícil con una falta de esperanza sobre el futuro de forma continua y sin tomar acción para revertirlo, puede ser un factor que medie en la ideación y perpetración del suicido.
- Aislamiento social: La falta de apoyo social, la sensación de soledad o el aislamiento pueden aumentar también el riesgo.
b. Factores ambientales
- Eventos traumáticos: Pérdidas significativas como la muerte de un ser querido, rupturas sentimentales, desempleo o problemas financieros, pueden desencadenar pensamientos y respuestas de riesgo.
- Acceso a medios letales: El fácil acceso a armas de fuego, medicamentos peligrosos o sustancias tóxicas aumenta el riesgo de suicidio en personas vulnerables.
c. Factores históricos
- Intentos previos de suicidio: Las personas que han intentado suicidarse anteriormente tienen un mayor riesgo de intentarlo de nuevo.
- Historial familiar: El suicidio o intentos de suicidio en la familia también pueden ser un factor de riesgo.
3. Señales de advertencia del suicidio
Además de los factores de riesgo, existen ciertas señales que pueden indicar que una persona está considerando el suicidio. Reconocer estas señales y actuar a tiempo es crucial. Algunas de las más comunes incluyen:
a. Cambios significativos en el comportamiento
- Retiro social: Alejarse de amigos, familiares o actividades que antes disfrutaba de forma prolongada.
- Cambios drásticos en el estado de ánimo: Episodios de tristeza intensa, irritabilidad, ansiedad o cambios abruptos hacia la calma tras un periodo de angustia.
- Pérdida de interés por la vida: La persona puede mostrar desinterés por el futuro, no tener planes a largo plazo o verbalizar que la vida ya no tiene sentido.
b. Expresiones verbales
- Hablar sobre querer morir o suicidarse: Comentarios como "Me gustaría no haber nacido", "Quisiera desaparecer" o "No puedo seguir así" deben tomarse con atención.
- Referencias al suicidio de manera sutil o indirecta: A veces, las personas mencionan ideas de suicidio de manera velada, hablando de sentir que son una carga para los demás o expresando desesperanza.
c. Cambios físicos
- Deterioro del autocuidado: Dejar de cuidar la apariencia personal o la higiene.
- Cambios en el sueño o el apetito: Insomnio o dormir en exceso, así como pérdida o aumento significativo de peso.
- Uso de sustancias: Aumento en el consumo de alcohol, drogas u otras sustancias como forma de escapar de la realidad.
d. Conductas peligrosas
- Conductas autodestructivas: Conductas de riesgo como el consumo excesivo de sustancias, manejar de manera imprudente o participar en actividades peligrosas pueden ser intentos indirectos de hacerse daño.
- Preparativos para la muerte: Hablar sobre poner en orden asuntos personales, regalar posesiones valiosas o escribir una carta de despedida son señales de alerta crítica.
4. Qué hacer si sospechas que alguien está pensando en suicidarse
Saber cómo actuar ante una situación de posible suicidio es esencial. A continuación, te proporciono algunas estrategias para intervenir:
a. Hablar abiertamente
Uno de los mitos más extendidos sobre el suicidio es que hablar sobre ello puede incitar a alguien a hacerlo. En realidad, hablar abiertamente sobre el suicidio puede salvar vidas. Si crees que alguien está considerando suicidarse, lo mejor que puedes hacer es preguntarle directamente si ha pensado en hacerse daño o en acabar con su vida. Esto les dará la oportunidad de expresar lo que sienten y aliviará la presión emocional que llevan dentro.
b. Escuchar sin juzgar
Cuando una persona está en riesgo de suicidio, necesita ser escuchada y comprendida. Evita frases como “todo va a estar bien” o “no deberías sentirte así”. En su lugar, mantén una postura de escucha empática, sin juicios y valida sus emociones, por difíciles que sean.
c. Ofrecer apoyo y ayuda
Después de escuchar, es importante que la persona sepa que no está sola. Ofrece ayuda práctica, como acompañarla a buscar apoyo profesional o ponerla en contacto con servicios de emergencia si la situación lo requiere.
d. No dejar a la persona sola
Si sospechas que la persona está en inminente riesgo de suicidio, no la dejes sola. Permanece con ella y asegúrate de que no tenga acceso a medios peligrosos como armas, medicamentos o sustancias tóxicas. En caso necesario, llama a servicios de emergencia.
e. Contactar a un profesional
Considerar el suicido es una situación grave que requiere intervención profesional. Si la persona está abierta a recibir ayuda, acompáñala a un terapeuta, psiquiatra o médico de confianza. En casos de emergencia, es vital llamar a los servicios de urgencias o líneas de prevención del suicidio.
5. Conclusión
El suicidio puede prevenirse. Reconocer los factores de riesgo y las señales de advertencia puede marcar una diferencia significativa en la vida de una persona que está sufriendo.
No dudes en hablar abiertamente sobre el tema, ofrecer apoyo emocional y buscar la ayuda adecuada.
Ante el suicidio, actuar a tiempo puede salvar vidas.